Si vas a abrir un centro deportivo, una de las dudas más evidentes que puedes tener es la de: ¿Qué precio va a tener la inscripción o la tarifa mensual? Desde los económicos (conocidos como Lowcost) con 20 euros mensuales hasta centros mucho más especializados en los que el precio puede situarse fácilmente en los 70€, 90€ o incluso más de 100 euros. Ya te adelantamos que dependerá de pocos factores, pero cuantificar cada uno de ellos te será complicado.
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¿Empezamos?
¿Cómo establecer la tarifa de un gimnasio?
El precio mensual que tendrás que establecer en tu centro estará sujeto, principalmente, a estas cuestiones:
Haz un barrido de la competencia
Acércate a todos los gimnasios del barrio o de la ciudad en la que te vayas a situar y comprueba las tarifas que ofrecen. Ponlas siempre en relación con sus servicios: si la tarifa incluye inscripción, si obliga a permanencia, si añaden dietas o seguimiento personal, etc.
Esto te va a permitir hacerte una idea de conjunto bastante sólida de cuál suele ser el precio medio. Esto no indica que tengas que amoldar tus tarifas a la competencia. Piensa que pueden tratarse de gimnasios más amplios y con instalaciones más mediocres cuando a lo mejor el tuyo busca ser un centro especializado y con entrenamientos más personalizados.
Saber las tarifas medias es más que nada una aproximación. Si ves que hay un gimnasio que ofrece algo muy similar al tuyo (en instalaciones, servicios, entrenamientos, etc.), fíjate especialmente en ese precio para ser más competitivo. Es decir: rebaja un poco tus tarifas para que puedas atraer a sus clientes gracias a ofrecerles un mejor precio. En cualquier caso, lo mejor siempre es diferenciarte lo máximo posible de tu competencia. Tanto en tarifas como en servicios.
La importancia de la zona
También es importante calibrar tu entorno más próximo. ¿Eres el primer gimnasio del barrio? ¿Te has instalado en el centro y por lo tanto tu alquiler vale mucho más? ¿Estás en un barrio humilde o en una urbanización de clase alta? Todos estos factores, obviamente, van a definir y mucho el tipo de precio que puedas poner.
Cuanta menos competencia alrededor, mayor será la tarifa. Y lo mismo si, por ejemplo, estás en una zona de dinero o el alquiler te vale demasiado. En cambio, si estás en un barrio más humilde y con más competencia, lo mejor siempre es rebajar un poco las expectativas de tus precios.
Define bien tu valor

Este punto es fundamental, ya que has de ser totalmente objetivo con esto. ¿Hasta qué punto es valioso el proyecto que has desarrollado? Ponlo en relación con la zona, la situación, la oferta y la demanda. ¿Qué es lo que resulta tan prometedor en tu instalación?.
A veces, sencillamente, se tiene un gimnasio muy grande con buen material y una tarifa baja que va ascendiendo a medida que cada usuario quiere más cosas (un dietista, una rutina concreta, etc.). Otras, el valor está en la exclusividad que ofreces en entrenamientos breves, pero guiados por profesionales. Y en ocasiones, lo destacable de un gimnasio puede estar tan solo en las máquinas y en los aparatos de los que disfrutan sus usuarios. Como ves, no existe un solo valor, hay muchas propuestas que pueden ser interesantes para el gran público.
Tu objetivo, entonces, es definir cuál es el tuyo y ponerle precio. Ten en cuenta que variará también en función de la inversión que hayas hecho. Algunos factores en los que debes pensar son:
- El alquiler del local. Busca el equilibrio entre la cantidad de usuarios que pueda haber, el gasto mensual que suponga y la zona en la que esté ubicado.
- El material. Piensa que no es lo mismo un gimnasio de calistenia o de entrenamiento funcional, donde el desgaste sufrido es muy poco, que uno lleno de máquinas, donde es más común tener alguna avería y donde el coste inicial vaya a ser mucho mayor.
- La inversión en personal. ¿Vas a contar con entrenadores personales con un buen currículum? ¿Tendrás dietistas? ¿Estarán titulados para iniciar rehabilitaciones? Tu equipo es tu gran baza, y la mejor manera de reconocerles es incluyendo sus conocimientos y competencias en la tarifa.
- Tu modelo de negocio. Si son clases personalizadas, si se dirigen a pocos usuarios, si lo que buscas es una masificación, si vas a dar ejercicios muy específicos para personas de cierta edad… ¿Qué vas a aportar y a quién le va a interesar? Y más aún, ¿cuánto estarán dispuestos a pagar por ello?
- Horarios. ¿Cómo de amplios van a ser? Cuanto más tiempo estés abierto, mayor el gasto. Y también puedes poner en valor precisamente eso: ser un centro en el que se puede entrenar en diferentes franjas horarias. Antes del trabajo, al salir de él, etc.
La calidad se paga

Finalmente, el otro gran factor que puede afectar en tu precio es la calidad del servicio que estarás ofreciendo, además de la calidad y categoría de la maquinaria. Hoy en día en lo que a entrenamientos se refiere existe una capa muy amplia del público que está dispuesta a pagar más a cambio de un servicio más funcional o profesional. Y por supuesto, que les dé mejores resultados.
Por lo tanto, un modelo de negocio que también resulta muy interesante para ti es el de apostar por un gimnasio mucho más profesional, con elementos más específicos y una forma de trabajo más adaptada. En este tipo de proyectos sí que se puede exigir una mayor tarifa porque te será factible encontrar un público interesado.
Así como los gimnasios más masificados están más llenos de competencia, los centros más profesionalizados o específicos, no lo están tanto. Puedes, por lo tanto, intentar posicionar tu negocio en este ámbito y pedir una tarifa algo más elevada.
En definitiva, definir el precio de un gimnasio dependerá del análisis de muchos factores. En cualquier caso, una cosa a tener en cuenta es la siguiente: no infravalores tus instalaciones con el precio que les pongas. Trata siempre de reflejar lo que vale tu gimnasio lo más fidedignamente posible. Y si necesitas material de calidad para equiparlo, lo puedes encontrar en nuestra tienda de fitness online.
